DEPORTE Y TRAUMATOLOGIA
El deporte además de su indiscutible papel lúdico que tiene al permitir socializar con amigos, poder practicar deporte al aire libre, servir para despejarnos, soltar endorfinas, etc … . y disfrutar, también debemos de considerar al deporte como un tratamiento, y como tal debe de considerarse cuando los traumatólogos hacemos estas recomendaciones de deporte para resolver o mejorar algunas patologías.
Considero que nuestra máquina, nuestro esqueleto y cuerpo, viene a durar unos 40 años, como la esperanza de vida que existía hace ya tiempo y que después empiezan los achaques; Vivimos más por los avances en medicina y nutrición pero es importante hacer deporte para mantener nuestro cuerpo.
Con la edad hay que hacer siempre deporte, pero habrá que ir adaptándolo a nuestra edad y a nuestras condiciones y patologías.
Yo soy una persona que me gusta mucho practicar el deporte, tanto por la necesidad de mantenerme en forma como vía de escape para superar el día a día. Suelo salir a correr varios días a a la semana y coger la bicicleta, y en verano intento hacer deportes náuticos también.
Como deportista que soy ya he sufrido varias lesiones que me han frustrado mucho por tener que estar un tiempo parado y con el paso del tiempo he aprendido varias cosas :
- Que es muy importante escuchar a tu cuerpo. Normalmente nos avisa con unas molestias que empiezan de una forma muy sutil pero que están ahí, y que si no le hacemos caso al final se hacen más intensas y manifiestas provocando la lesión, lo que nos obliga a cesar nuestro deporte y hacer algún tipo de tratamiento de fármacos y fisioterapia.
- Que antes y después de hacer el deporte hay que calentar y estirar para preparar a nuestro cuerpo para evitar posibles lesiones.
- No todos los deportes son para todo el mundo, por lo que hay que probar el que mejor nos pueda venir a cada uno.
- Utiliza material específico para el deporte que estás haciendo, pues intentar aprovechar material para varios deportes puede favorecer la aparición de diversas lesiones.
- ¿Hago deporte para mantenerme o me mantengo haciendo deporte?.
Existen evidencias científicas que demuestran que la inactividad física causa el 6% del total de la carga de enfermedades del corazón, un 7% de las enfermedades relacionadas con la diabetes tipo II y un 10% de los casos de cáncer de mama y de colon. Con la actividad física regular como hábito conseguiremos reducir la mortalidad y riesgo de sufrir cáncer de mama en alrededor del 50% y reduciremos los riesgos de padecer Alzheimer, así como el riesgo de sufrir cualquier tipo de enfermedad cardiovascular. Esto hará mejorar nuestra salud y calidad de vida, además queda demostrado que mejora nuestro rendimiento laboral y mental.
Consejos para comenzar a hacer deporte
Si hace tiempo que no hace deporte o nunca lo ha hecho y va a comenzar ahora una actividad deportiva le conviene conocer estos consejos.
- Limitar o evitar los hábitos tóxicos comunes en su estilo de vida (dejar de fumar o fumar menos, disminuir la ingesta de alcohol…).
- Si lleva mucho tiempo sin hacer ejercicio físico y es usted mayor de 40 años o tiene alguna enfermedad, acudir a un médico especialista para descartar patologías que le impongan ciertas limitaciones, como enfermedades cardiopulmonares; y recibir consejo deportivo (qué tipo de ejercicio o deporte es el mejor para usted).
- Plantéese hacer ejercicio físico 3 veces en semana, mínimo media hora cada vez, dentro de su horario habitual de vigilia.
- Aproveche para iniciar un control de la dieta y de su estilo de vida: Regule sus horas de sueño, coma cinco raciones de fruta o verdura al día, evite las grasas saturadas…
- Busque un centro deportivo con preparadores físicos y que sea cómodo y cerca de domicilio o trabajo.
- Comience a hacer ejercicio de forma progresiva, controlada, sin dolor, sin querer ponerse en forma en un solo dí
- Utilice equipamiento adecuado y correcto, NO tienen porqué ser mejores ni los más caros ni los que estén de moda.
- Nunca olvide el calentamiento, los estiramientos y la vuelta a la calma en cada sesión de entrenamiento.
- No tome complementos medicamentosos y/o dietéticos que no hayan sido prescritos por médicos especialistas o que no tengan registro sanitario de la UE o de España
- No olvide que el deporte saludable es divertido, socializador, agradable y tonificante, nunca se realiza con dolor o con sufrimiento.
Practicar deporte es muy importante para cuidar nuestra salud, pero como todo, hay que hacerlo de manera informada y sin excesos. De otro modo incrementaremos el riesgo de tener lesiones deportivas que afecten a nuestro sistema musculo-esquelético.
Las lesiones deportivas se clasifican en:
- Lesiones agudas: se producen de forma repentina e inesperada, como los esguinces de tobillo o las fracturas en piernas o manos.
- Lesiones crónicas: aparecen de forma periódica y surgen tras la práctica continuada de un deporte.
Las lesiones se suelen producir por :
- Falta de calentamiento previo
- Debidas a accidentes como caídas inesperadas
- No usar un equipo deportivo apropiado
- Utilizar una mala técnica
- Falta de forma física
Estas son las lesiones deportivas más frecuentes
- Lesiones de tobillo
Son las lesiones más comunes en el deporte. Se trata sobre todo de esguinces, éstos consisten en el desgarro del ligamento, existiendo distintos niveles de esguinces en función de la gravedad. También se puede llegar a tener una fractura de tobillo. Alrededor del 49% de las lesiones deportivas son de tobillo.
- Lesiones de rodilla
Las sufren sobre todo los runners (corredores) y los practicantes de esquí. Las lesiones de rodilla más comunes son la tendinitis y el síndrome de la banda iliotibial. Además, hay otras lesiones graves que pueden provocar daños tanto en el cartílago como en los ligamentos. Los daños del cartílago producidos por la rotura de menisco se producen habitualmente en deportes como el tenis, fútbol y el baloncesto en los que se pivota sobre la rodilla.
Otra afección que sufre la rodilla es la sinovitis, que es la inflamación aguda o crónica de la membrana sinovial que recubre la articulación de la rodilla. Puede ser debida a un traumatismo causado por un impacto directo sobre la articulación, a patologías (como la artritis), a una simple torcedura o a determinadas enfermedades infecciosas.
- Tendinitis
Consiste en la inflamación de un tendón, y suele originarse por la repetición de un determinado movimiento en el tiempo. Las tendinitis pueden conducir a diferentes lesiones deportivas como la epicondilitis lateral (también conocida como codo de tenista) que se da en deportes que requieren el uso de raquetas), la epicondilitis medial (codo de golfista) que se produce al practicar deportes como el golf, el tenis o en entrenamientos con pesas o la tendinitis rotuliana (rodilla de saltador) que se da en jugadores de baloncesto y voleibol.
- Lesiones en isquiotibiales
Muy habituales en aquellos que practican carreras a alta velocidad. Hay que prestar especial atención a estas lesiones ya que tienen alto grado de incidencia. Se trata principalmente de distensiones musculares.
Estas lesiones se dan con frecuencia al practicar deportes que implican correr rápido y detenerse bruscamente como el fútbol, el baloncesto, el tenis o el running.
- Lesiones de cuádriceps
Estas lesiones son muy dolorosas y pueden llegar a ser muy graves. Normalmente se trata de desgarros intramusculares, es decir, el músculo se desgarra de manera interna. Estos desgarros se producen tanto en el músculo como en el revestimiento que rodea el músculo.
- Fracturas
Las más habituales al practicar deporte afectan a piernas, brazos, tobillos, muñecas y dedos de las manos o de los pies.
¿Qué hacer ante una lesión?
Es importante dejar de hacer ejercicio físico en el momento que se perciban los síntomas de una lesión, ya que continuar con la actividad puede empeorarla y/o retrasar la recuperación. En los casos en los que aparezca un dolor intenso, sangrado abundante, exista sospecha de fractura o luxación, se haya producido una lesión grave en la cabeza o cuando una lesión previa se inflame o duela, es necesario acudir a un centro de atención sanitaria. En caso contrario, los síntomas suelen mejorar guardando reposo, aplicando frío en la zona afectada varias veces al día y manteniendo en alto la zona lesionada. Para disminuir el dolor y reducir la inflamación, también se puede recurrir a analgésicos, antiinflamatorios o productos de aplicación tópica para un alivio inmediato del dolor muscular o articular.
En cualquier caso, si estas medidas no son suficientes y los síntomas persisten será necesario consultar o acudir al profesional sanitario competente.
Consejos para prevenirlas
- Antes de comenzar cualquier tipo de entrenamiento consultar con un profesional para que te asesore en función de tu salud y condición fí
- Realizar un programa de entrenamiento que parta de un nivel adecuado y vaya progresando
- Evitar el sobre-entrenamiento.
- Realizar un buen calentamiento antes de cada sesión.
- Es fundamental estirar antes y después de cada entrenamiento haciendo hincapié en los grupos musculares en los que notemos molestias.
- Debemos observar unas buenas medidas para la correcta hidratación y nutrición, asimismo, es necesario descansar suficientemente entre una sesión y otra.
- Evitar descompensaciones entre grupos musculares.
- Escoger un material deportivo adecuado para la actividad deportiva.
Puedes descargarte AQUI este contenido en PDF
Dr. Revenga Giertych
Traumatólogo