Tendinitis Rotuliana
El tendón rotuliano o patelar es uno de los más potentes del cuerpo humano, tiene unos 4 ó 5 centímetros de largo, por algo menos de 3 de ancho y aproximadamente 1 de grosor. Podemos considerarlo como una parte del aparato extensor de la rodilla, constituido por el músculo cuádriceps, su tendón cuadricipital, la rótula y el tendón rotuliano, que se inserta en la tibia.
Su correcto funcionamiento es imprescindible para la mayor parte de actividades deportivas como saltar, correr, golpear un balón o hacer ejercicios excéntricos tipo sentadillas. Durante estas actividades la contracción del músculo cuadriceps tracciona de los tendones del mecanismo del cuádriceps y hace extensión de la rodilla , y el tendón al igual que la rótula va a soportar fuerzas tremendas que se disiparán a lo largo de su estructura, sobre todo al aterrizar de los saltos y amortiguar con el cuádriceps de manera excéntrica la inercia de la caída. Tanto es así, que la tendinopatia o tendinitis crónica mas frecuente se ha denominado clásicamente rodilla del saltador. La palabra tendinitis hace referencia a la inflamación ( – itis ) del tendón y clínicamente produce un dolor muy intenso en la cara anterior de la rodilla, especialmente en aquellas actividades que exigen de mayor participación o intensidad en el tendón rotuliano.
La tendinitis aguda se produce por un proceso inflamatorio en respuesta a un estímulo intenso , repetido y de escasa duración, y en caso de no tratarse correctamente en forma o tiempo podría acabar cronificándose, y en este caso la tendinitis crónica puede durar varios meses y repetirse después de periodos de descanso con la vuelta al deporte. De hecho, sin tratamiento adecuado los síntomas se agravan con el paso del tiempo hasta aparecer el dolor incluso en reposo. La razón de la aparición de la degeneración en el tendón rotuliano, así como su tendencia a hacerse crónico suele ser una combinación de sobreuso deportivo y de irritación o roce del tendón.
¿Qué tipos de Tendinopatias del Rotuliano existen?
Podemos dividir la tendinopatías crónicas en dos grandes tipos en función de la zona de afectación:
–Tendinopatia del Tendon Rotuliano Proximal :
Es la localización más típica de la tendinitis rotuliana, justo en la zona próxima a la inserción del tendón en la rótula. Existe una degeneración de las fibras de colágeno del tendón por roce o por sobrecarga. En los pacientes que padecen una tendintis crónica (más de 6 semanas) se suma además una incapacidad para la curación por los mecanismos naturales del cuerpo.
–Tendinopatia del Tendon Rotuliano Distal:
Suele producirse cerca de la inserción del tendón en la tibia, cerca de la tuberosidad anterior de la tibia (TTA). Este tipo de afectación del tendón rotuliano suele ser secundario a calcificaciones del crecimiento de Osgood-Slater.
En ambos casos la estructura normal del tendón, formada por un ordenado tejido tendinoso de filamentos de colágeno tipo I, cambia a un tejido degenerado, tendinosis del rotuliano, de peor calidad y con peores características mecánicas. Además ocurren cambios alrededor del tendón, donde se crean micro-vasos patológicos que se acompañan de fibras nerviosas causantes del dolor.
¿Por qué se produce?
El porqué ocurre en algunas personas y otras no se desconoce, aunque se sabe que hay determinados rasgos físicos que pueden influir como el mayor peso corporal, diferencias anatómicas (genu varo y genu valgo, un aumento del ángulo Q, rótula alta, rótula baja), y desigualdad en la longitud de las extremidades.
El sobre-entrenamiento mal planificado y los deportes en superficies duras se han implicado como factores de riesgo extrínseco para padecer tendinitis rotuliana.
Sin embargo, la única alteración biomecánica clara vinculada a la rodilla de saltador es la pobre flexibilidad de los músculos cuádriceps e isquiotibiales.
Factores de riesgo
Una combinación de factores puede contribuir al desarrollo de la tendinitis rotuliana, entre ellos:
– Actividad física. Correr y saltar son los factores más comúnmente asociados con la tendinitis rotuliana. Los aumentos repentinos en la intensidad o la frecuencia con la que realizas la actividad también aumentan la tensión en el tendón, al igual que cambiar las zapatillas para correr.
– Músculos rígidos en las piernas. La tensión de los músculos de los muslos (cuádriceps) y los músculos isquiotibiales, que suben por la parte posterior de los muslos, puede aumentar la tensión en el tendón rotuliano.
– Desequilibrio muscular. Si algunos músculos de las piernas son mucho más fuertes que otros, los músculos más fuertes podrían tirar con más intensidad del tendón rotuliano. Este desequilibrio podría causar tendinitis.
– Enfermedad crónica. Algunas enfermedades interrumpen el flujo sanguíneo a la rodilla, lo que debilita el tendón. Como por ejemplo: insuficiencia renal, enfermedades autoinmunes como el lupus o la artritis reumatoidea y enfermedades metabólicas como la diabetes.
¿Qué Síntomas tiene la Tendinopatía del Rotuliano? ¿Cómo se Diagnóstica?
El único síntoma casi exclusivo es el dolor en el tendón. Tanto es así, que con una historia de dolor crónico en el rotuliano en un paciente deportista ya podemos diagnosticar al paciente de tendinopatía del rotuliano. En algunos casos que son consecuencias de calcificaciones que podremos palpar desde la parte externa la calcificación. La ecografía o la resonancia magnética nos ayudan a clasificar el estado del tendón, valorar si hay alguna rotura dentro del tendón (son frecuentes en las crónicas) y ver si hay líquido alrededor.
En esta fase diagnóstica será importante confirmar tres puntos antes de indicar el tratamiento:
1) La causa: Calcificación vs Sobrecarga mecánica
2) El tiempo: Aguda (menos de 1 mes) vs Crónica (mas de 6 semanas)
3) El tipo: Proximal vs Distal
¿Cuál es el Tratamiento de la Tendinopatía del Rotuliano?
Aunque cada caso es distinto y es muy importante individualizar el tratamiento, casi siempre que los pacientes nos consultan a los traumatólogos ya han probado un tratamiento conservador. Este tratamiento realizado de manera correcta puede evitar la cronificación de muchas de estas tendinopatias y que permanezcan como agudas.
El tratamiento conservador (no quirúrgico) está basado en tres tratamientos complementarios:
1) Hielo + Anti-inflamatorios locales (sobre todo en las agudas)
2) Ejercicios de Fortalecimiento. Esta demostrado que la calidad y tamaño del tendón son proporcionales a la musculación del cuádriceps. Un programa de 3 meses de ejercicios excéntricos ha demostrado en los estudios favorecer la curación.
3 ) Ejercicios de estiramiento de cuádriceps e isquitibiales.
4) Fisioterapia: terapias como, ultrasonidos, TENs así como las Ondas de Choque Extracorpóreas o la EPI.
Si este tratamiento conservador fracasa tras realizarlo correctamente durante mas de tres meses, y no objetivamos una causa mecánica evidente (polo inferior de rótula o calcificación) valoramos las infiltraciones intra y peritendiosas de Factores de Crecimiento Derivados de Plaquetas (PRP) o de Células Madre Autólogas.
La terapia celular biológica (ya sea PRP o células madre) busca precisamente regenerar la tendinosis o degeneración que ha sufrido el tendón rotuliano. Si bien las células madre es una técnica más novedosa, los PRP o factores han demostrado ya hace tiempo buenos resultados en el tratamiento de este tendón, como en el caso del tenista Rafael Nadal. Los factores (PRP) están indicados para reactivar los mecanismos de curación que el tendón ha perdido, o que el paciente no es capaz de reactivar con un entrenamiento correcto a lo largo de los meses.
Los resultados de estas terapias son mejores en una seria de circunstancias como que el paciente lleve poco tiempo con la tendinopatia, que no tenga una causa clara que roce al tendón (calcificación) y tenga una tendinopatía proximal.
Prevención
Para reducir el riesgo de tener tendinitis rotuliana, adopta estas medidas:
– No hagas deporte cuando tengas dolor. En cuanto notes que tienes dolor de rodilla a causa de realizar ejercicio, coloca hielo en la zona y descansa. Hasta que ya no tengas dolor en la rodilla, evita las actividades que pongan tensión en el tendón rotuliano.
– Fortalece los músculos. Los músculos fuertes de los muslos son más capaces de manejar la tensión que puede causar la tendinitis rotuliana. Los ejercicios excéntricos, que consisten en bajar la pierna muy lentamente después de haber extendido la rodilla, son de especial utilidad.
– Mejora tu técnica. A fin de asegurarte de que utilizas el cuerpo de forma correcta, considera tomar clases u obtener instrucciones profesionales cuando comienzas un deporte nuevo o cuando usas equipos para ejercitarte.
EJERCICIOS PARA EL TENDON ROTULIANO
EJERCICIOS de ESTIRAMIENTO
Al menos 10 de cada uno con cada pierna manteniendo la posición unos 5 segundos
EJERCICIOS de FORTALECIMIENTO ESPECIFICO
Calentamiento general con patadas manteniendo extendida la rodilla 5 segundos en cada patada 10 mínimo con cada pierna.
Lunges: Primero sin peso, después con peso 10 de cada pierna.
Flexión de rodilla en apoyo monopodal en plano inclinado (idealmente 25º).
Este ejercicio es el más específico para la rodilla, en concreto para el tendón.
Lo ideal sería repetir 15 veces cada pierna y hacer el movimiento despacio.
Propioceptivos de rodilla: lo difícil para hacer este ejercicio en casa es buscar un plano inclinado que desestabilice.
Se puede hacer sobre una pelota desinflada y apoyándose en pared, por ejemplo
EJERCICIOS de ESTIRAMIENTO FINAL
Otras 10 repeticiones de cada uno de estos ejercicios manteniendo la postura 5 segundos al menos
PARA UNA MAYOR INFORMACION DESCARGUESE LA GUIA COMPLETA DE LA TENDINITIS ROTULIANA
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Dr. Revenga Giertych
Traumatólogo